Viajó a Chile para formar parte del Festival de Viña del Mar y terminó siendo elegida reina. Sedujo con su simpatía y con sus curvas a un público exigente y con fama de duro. Hoy, mientras le llueven las propuestas para trabajar detrás de la cordillera, cuenta cómo se sintió cuando supo que había ganado la corona, cómo espera festejar sus 44 (el 11 de marzo) y qué hay que hacer para ser una diosa sin edad.
Hasta ahora, en su currículum no figuraba ningún premio en concursos de belleza. Dueña de una sensual figura, sus pergaminos apenas se remitían a un Miss Fotogenia en el concurso de Miss Venezuela 1986, y la final alcanzada en Miss América Latina en ese mismo año. Por eso, cuando la coronaron como Reina del Festival de Viña del Mar, esta venezolana que el 11 de marzo cumplirá 44 años, no pudo contener su emoción. Para Catherine Fulop es “el premio a un estilo de vida sano”. Porque, aunque llegó a Chile para formar parte del jurado de un concurso que tiene medio siglo de vida, después de tantos elogios, decidió animarse a participar en él: “Para mí ya era un orgullo ser parte del jurado. Pero desde que llegué al aeropuerto, todos comenzaron a preguntarme si había evaluado la posibilidad de ser elegida como reina. Yo no entendía nada: “¿Reina de qué?”, les preguntaba y por dentro pensaba que se estaban confundiendo. Pero llegaron las primeras notas y ahí me di cuenta de que muchos chilenos querían que este año yo fuera la coronada”, asegura ya relajada en su casa de Pacheco.
Su atractivo es tal que, cuando anunció que iba a concursar, muchas postulantes decidieron abandonar: “Contra Catherine no tenemos chances”, auguraban las otras candidatas. Y no se equivocaron. Fulop cosechó 181 de los 264 votos de los periodistas nacionales e internacionales acreditados en el encuentro, y se convirtió en una reina popular, pero con mucho glamour. Al día siguiente, terminó de cautivar cuando en el Hotel O’Higgins, cumplió con el tradicional piscinazo. “A lo largo de toda su historia, muchas ganadoras optaron por meterse de distintas formas en la piscina. Algunas lo hicieron con ropa y otras desnudas. Yo, siendo conciente de mi edad, me puse un bikini y lucí un cuerpo aceptable para una mujer que pasó los 40 años y que no tiene al botox y las siliconas como aliados”, dice Cathy. Y sin maquillaje, entonces, continúa la nota.
–Cuándo te convocaron como jurado, ¿imaginabas que ibas a terminar ganando el concurso de belleza?
–¡Nooooo, ni pensaba participar! Es más, todos me decían: “Vos vas a ser la reina”, y yo me reía. Después me insistieron. Y acepté. Entonces me hicieron una nota sobre el concurso, y el periodista preguntó cuál era mi rutina de entrenamiento para llegar bien al último día del certamen. Me causó gracia y le dije: “Venite mañana que salimos a correr por acá”. Al otro día salimos y de manera inesperada y casual, la gente comenzó a sumarse. ¡En un momento parecía Forrest Gump pero en Viña!
–Catherine, la pregunta resulta reiterada, pero todos se la hacen: ¿cómo es posible que, a punto de cumplir 44 años, luzcas tan bien?
–Y la respuesta es sencilla: Adopté un estilo de vida sano y siempre estoy en búsqueda de nuevas opciones naturales para el cuidado del cuerpo. Hace un tiempo comencé un tratamiento con medicina antiaging, a cargo del doctor Rubén Mühlberger, que realmente me cambió la vida.
–¿En qué consiste?
–En comer sano, muchas frutas y vegetales para desintoxicar el cuerpo, y nada de harinas y postres. No hay muchos secretos. Esta dieta va acompañada por una batería de medicamentos naturales. Y si le sumás una rutina diaria de entrenamiento, seguro que te vas a sentir mucho mejor.
–Sin embargo, muchas mujeres piensan que las cirugías son la única solución para el paso del tiempo.
–No, las mujeres que pasamos los 40 tenemos que cuidarnos –y mucho– porque hay células que no se renuevan. Pero si te operás y no cambiás tus hábitos de alimentación y de vida, sólo te vas a sentir bien por fuera, cuando lo importante es sentirse bien por dentro. Eso hará que los demás capten tu energía y tu actitud positiva.
–¿Crees que esta elección de vida sana te llevó a ganar el concurso?
–Exacto, siento que este premio es también el de mucha gente de mi país –sí, ya puedo decir que la Argentina es mi país– que durante todo el año me ayuda para estar bien. Y en esa lista también incluyo a Rubén, Natalia Oreiro, Pablo Ramírez, todas personas que me visten y me llevan a lucir espléndida.
–¿Tuviste ofertas para irte a trabajar a Chile?
–Sí, estoy estudiando varias propuestas de televisión. Igual serían sólo dos o tres días por semana, porque yo vivo y trabajo en la Argentina.
–De tu casa saliste como Cathy, la esposa y la mamá, y volviste con un título de reina. ¿Cómo fue el reencuentro de tu familia?
–¡Lindísimo! Ova, Oriana y Tiziana me fueron a buscar a Ezeiza para felicitarme ni bien bajaba del avión. Hoy me siento feliz porque demostré que a los 44 años puedo ser mamá y reina al mismo tiempo. Igual, en un momento me sentí Cenicienta, pero al revés…
–¿Por qué?
–Porque dejé los zapatitos de cristal en el ropero y me puse el overol. Hoy fui al supermercado y la gente me felicitaba y me gritaba “¡reina!” mientras yo elegía las verduras, la fruta, y la mercadería para la semana… Fue muy gracioso. ¡Llegué a casa y enseguida me sacaron la corona!
Por Sergio Oviedo. Fotos: Gentileza diario La Segunda, revista Cosas y diario La Tercera de Chile.
Fuente: Gente
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